Madrid se había levantado con un cielo
maravilloso, el sol brillaba y las nubes se habían escondido para poder darle
protagonismo. El frío estaba celoso, y no quería quedarse en segundo plano. Así
que ese día los compañeros oficiales eran el abrigo, una buena bufanda y, que
nunca falte, una sonrisa. Encendí mi Ipod, subí el volumen lo más alto posible
y puse aquella canción que tanto me gusta. “It´s a beautiful day and I can´t
stop myseelf from smiling” me cantaba una y otra vez al oído Michael Bublé.
Tenía que hacer un gran esfuerzo por no cantar a pleno pulmón y bailar como una
loca por la calle, quería seguir siendo una persona aparentemente cuerda. Mientras
Michael me cantaba al oído, noté una sensación extraña, lo que me hizo que
mirara a mi alrededor en busca de algo. No sabía muy bien qué buscaba, pero
miré hacia todos los lados. Miré hacia la derecha, nada; hacía la izquierda,
nada; cuando ya solo me quedaba una dirección en la que mirar, dudé dos veces
antes de girarme, ¿ y si encontraba algo que no me gustaba? Me quité uno de los
cascos del Ipod y rápidamente miré hacia atrás. Nada, allí no había nada. Una
señora desde la calle de enfrente había visto mi actuación de paranoica y no había podido evitar poner una cara que
expresaba entre sorpresa y lástima. Definitivamente ya había perdido mi imagen
de persona cuerda. durante el camino hacia casa tuve esa sensación extraña de
forma constante. Pero tras ver la reacción de la señora, decidí no volver a hacer
nada fuera de lo común. Cuando abrí la puerta de casa, escuché un gran jaleo.
Había muchísimo ruido y todo estaba patas arriba: la lámpara estaba por el
suelo, la tierra de la maceta esparcida por toda la entrada, rollos de papel
higiénico estaban siendo lanzados por los aires,…Espera, ¿Quién estaba lanzando
los rollos? Unos niños bastante sucios y con ropas extrañas estaban correteando
por el salón mientras gritaban y destrozaban todo lo que encontraban a su paso.
¿De dónde habían salido estos niños? Uno de ellos pasó por mi lado y gritó:
-¡Chicos, ya ha llegado!-Todos se pararon de repente y me miraron con los ojos
muy abiertos. Después de unos segundos quietos y callados, el niño se acerco a
mí y me dijo: -“ ¿Vienes sola?”- y antes de que pudiera contestar siguió
hablando: -“¿Por qué no has venido con los otros niños perdidos?, Ellos iban a
venir contigo. ¿Dónde están?¿Crees que
sabrán el camino?...” no paraba de hacer preguntas, y no me dejaba contestar a
ninguna de ellas. Gracias a estas preguntas pude darme cuenta que esa sensación
extraña que había tenido era en realidad unos niños que me seguían. Menos mal,
ya no estaba tan loca como parecía. En ese momento, otro de los niños le
interrumpió diciendo: -“Ves como tenía que haber ido yo, te lo he dicho.”- y
entre ellos comenzaron a discutir. Pero qué estaba pasando, qué broma pesada
era esta y por qué me tenía que pasar a mí. Uno de los niños que se encontraba
subido en el sofá rompiendo un cojín, se acerco a mí lentamente y me empezó a
explicar todo lo que estaba pasando: “Somos los niños perdidos y venimos del
país de nunca jamás. Queremos que nos ayudes a encontrar a Peter Pan. Se ha ido
y no sabemos donde está.”- Según estaba la niña diciéndome los supuesto motivos
de su visita, no me lo podía creer. Estos niños deberían estar en sus casa con
sus padres. Los que sin duda deberían darle una ducha, seguida de una buena
regañina por aquel comportamiento. Los dos niños que se estaban peleando
dejaron de hacerlo para intentar convencerme de que todo era cierto, y que
necesitaban urgentemente buscar a Peter para poder volver. Yo seguía estando un
poco incrédula, pero aun así, no se cómo ni porqué decidí créeles y, por
supuesto, ayudarles. Hoy comenzaba una nueva aventura, ayudar a los niños
perdidos a buscar a Peter Pan por las calles de Madrid. Eso sí, deberíamos
aprender una serie de cosas para poder buscarle de la mejor forma posible. Y
antes de empezar a aprender nada, teníamos que recoger la casa entre todos.
Manos a la obra.
P.D: Como era de esperar, la historia
continua. ¿Dónde estará Peter?¿Por qué se ha ido?¿Cómo le encontraremos? Estas,
y muchas preguntas más, irán siendo contestadas. Tenéis que estar muy atentos,
puede que las pistas estén escondidas en cada una de estas frases. Es hora de
volver a leer con los labios pintados.
También han regresado las ganas de seguir leyendo :)
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