Me
metí en la cama, me arropé con mi gran colcha hasta los ojos y dejé que el frio
de las sábanas me provocara un escalofrió. Cerré los ojos y me dispuse a soñar.
Un
ruido hizo que volviera a mi realidad, dejando de lado mi sueño. Para mi
sorpresa hacía más frío de lo normal, quise buscar una explicación, cuando ella
me encontró a mí. La ventana de mi habitación estaba abierta y estaba dejando
pasar al frio de la noche sin haberme preguntado. Me levanté para cerrarla,
pero rocé algo con el pie, que hizo que me parara en el sitio. No me atrevía a
mirar, en mi mente la imaginación estaba jugándome malas pasadas, maldiciendo
todos aquellos libros y películas que un día la hicieron crecer. Pero mi
curiosidad estaba haciéndose paso, ¿Qué podría pasar si miraba?
Poco
a poco baje el cuello, mis ojos tardaron un poco más en reaccionar, al final
cedieron y bajaron rápidamente.
No
podía ser cierto, debía de estar en un sueño, o peor aún en una pesadilla. No,
no y no me repetía mi mente, no es verdad, los ojos me están engañando. No pude
evitarlo me acerque poco a poco, tenia que tocarlo para saber si realmente era
cierto o no. Alargue mi mano...
P.D: Recordar que para leer algo así hay que llevar los labios pintados.
Intrigadísima me tienes... me voy a pintar los labios ahora mismo.
ResponderEliminar